Para que el equipo de control de calidad (QA) pueda aprovechar esta técnica, debemos cumplir ciertos requisitos previos:

• Una infraestructura dinámica que pueda soportar IaC.

• Un sistema de control de revisiones. Y necesita entender los diferentes tipos de modelos de configuración de IaC.

• Acercarte a la IaC con un conocimiento de las prácticas que necesitas para que tenga éxito.

También seguir las siguientes recomendaciones

Contar una infraestructura dinámica la cual se define que debe ser programable, disponer de recursos bajo demanda y estar configurado para el autoservicio. Con esta, los usuarios pueden realizar cambios en la infraestructura por sí mismos, a través de una interfaz a la que pueden llegar por código; ya no es necesario escalar solicitudes al departamento de TI.

Una de las grandes ventajas de la IaC es la capacidad de realizar pequeños cambios rápidamente y responder a las necesidades con rapidez. Así se minimiza los tiempos de inactividad del equipo de QA como del mismo servidor al realizarse actualizaciones.

La IaC permite realizar múltiples y pequeños cambios de forma automatizada siempre que se necesiten, de modo que las actualizaciones se realicen sin problemas en el entorno y sean invisibles para el usuario final.

Por último, su sistema de control de revisiones (RCS) es una parte integral de IaC. Los usuarios pueden confirmar los archivos de IaC en el sistema, comprobar si hay cambios y luego volver a verificarlos una vez que se hayan completado las actualizaciones.

Fuente: https://techbeacon.com/

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