Una inversión estratégica en aplicaciones en la nube para empresas puede ayudar a tu organización a adaptarse al cambio, reducir el tiempo de acceso al mercado y minimizar los costes.
La tecnología en la nube ha transformado la forma de compartir datos e información, lo que permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios y gestionarlos, aumentar la velocidad de entrega y reducir el tiempo de acceso al mercado. Al mismo tiempo, el software en la nube permite a las empresas maximizar su presupuesto de TI, mejorando la eficiencia y la productividad de los equipos.
En general, la cuestión no es si las empresas deben pasarse a la nube, si no en cuánto tiempo pueden hacer el cambio. Gartner estima que para 2025, el 80 % de las empresas habrán migrado por completo de los centros de datos y servidores locales, lo cual les permitirá escalar sus operaciones rápidamente en la nube e integrar las aplicaciones y los datos en una experiencia fluida para el cliente.
Además, con los productos de SaaS (software como servicio), los equipos pueden seguir integrados y alineados, incluso estando repartidos por todo el mundo, al tiempo que mantienen una flexibilidad óptima a la hora de gestionar los costes de licencias.
Actualmente, todas las empresas son de software, independientemente de lo que vendan. Las organizaciones necesitan responsables de TI que estén dispuestos a avanzar y definir prioridades y responsabilidades compartidas con los directivos de la empresa, con el fin de lograr la eficiencia y el crecimiento. Con este tipo de colaboración de unidad, el departamento de TI puede lograr cambios en el funcionamiento de la organización que permitan una transformación digital a gran escala.
Antes de que estallara la pandemia de 2020, el 61 % de las empresas ya estaban planificando una migración a la nube. En la era pospandemia, la velocidad de esas migraciones se multiplicó por 24, según McKinsey. Así que, si estás pensando en una migración, tu empresa va por buen camino.
Una vez que tienes claro que hay que hacer esa migración, la pregunta es: «¿Cuál es el modelo de migración adecuado para mi empresa?».
La mejor estrategia que puede seguir tu empresa dependerá de varios factores: el tamaño de la organización, los datos que se quieren migrar y los tipos de equipos que utilizarán inicialmente las aplicaciones en la nube. A continuación te contamos algunas de las estrategias más usadas, cómo funcionan y a qué tipo de empresa están dirigidas.
Con la estrategia Optimizar y cambiar, que también se conoce como «cambio de plataforma», podrás auditar y priorizar los datos que quieres migrar a la nube para, posteriormente, migrarlos todos de golpe. Los datos que decidas no migrar pueden almacenarse en tus servidores en modo de solo lectura para poder consultarlos más adelante.
La ventaja de esta estrategia —y la razón por la cual la recomendamos a la mayoría de los clientes de Atlassian— es que solo migras los datos que necesitas, de manera que se minimiza la complejidad del proceso, se ahorra tiempo y, en muchos casos, dinero. Es como limpiar a fondo los sistemas: coges los datos que necesitas y dejas los que ya no te hacen falta.
Si te decides por esta estrategia, lo primero que tendrás que hacer es auditar los datos que tienes. Luego tendrás que priorizar los que quieres migrar, sabiendo que se quedarán los que ya no necesitas. Por último, harás la migración de ese conjunto de datos prioritarios y esenciales, reduciendo así la migración a la mínima expresión.
Con este modelo migras todos los datos a la vez y tus equipos se ponen a trabajar en la nube. Es similar a Optimizar y cambiar, pero no tendrás que auditar ni optimizar los datos previamente. Por lo tanto, todos los datos de productos, usuarios y aplicaciones pasan del entorno local a la nube. Si necesitas migrar todos los datos o si tienes que pasarte a la nube cuanto antes y tienes previsto hacer la optimización más adelante, esta estrategia es para ti.
Esta estrategia permite migrar los usuarios y los datos en diferentes fases. Como consecuencia, la migración tardará más en completarse, pero podrás formar e incorporar a los usuarios en pequeños grupos, en lugar de hacerlo de golpe, y posiblemente evitar la sobrecarga del personal del centro de asistencia durante la transición. Además, con este modelo los procesos o las incidencias de migración que surjan se podrán resolver sobre la marcha y afectarán a muy pocos usuarios.
Empezar de cero, que también se conoce como «archivar y listos», es un modelo de migración a la nube que hace exactamente lo que dice el nombre: el equipo empieza a trabajar en la nube sin datos heredados. Si puedes archivar gran parte o todos los datos de tu servidor en modo de solo lectura y quieres que tus equipos empiecen a trabajar con las nuevas herramientas en la nube cuanto antes, esta estrategia es para ti. En realidad, es más un cambio de procesos que una migración propiamente dicha.
Este modelo de migración está pensado para empresas que quieren centralizar en la nube varios sitios que tienen tanto en la nube como en el servidor. Se trata de centralizarlo todo para conseguir simplificar los sistemas.
Si ya sabes que lo que necesita tu empresa es una estrategia de nube híbrida, la migración por etapas o híbrida permanente es el modelo ideal en tu caso. Algunos datos y aplicaciones se almacenan en una nube privada que gestiona tu equipo, y otros se migran a una nube pública que gestiona un proveedor y a la que se puede acceder más fácilmente.
Antes de migrar a la nube deberías evaluar la cantidad de datos que usas, con qué frecuencia se accede a ellos, dónde están alojados (en uno o más lugares) y qué prioridad tienen para tu negocio. Las respuestas a estas preguntas deberían apuntar claramente el modelo de migración que necesita tu empresa.
Si sigues teniendo dudas contacta InlogiQ, donde te ayudamos a dar el salto al Cloud.
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